Carta de despedida

Llegó el inminente tiempo
de la despedida.
Sobre tu cuerpo milenario
no dormiré mañana.
El dulce vino
que sonríe entre tus labios
y otras cosas blandas ceranas a tu corazón
no probaré mañana.
Supongo que un "hasta luego" bastaría,
un "nos veremos pronto amor, ten paciencia" sobraría.
Tú brindándome lo único que necesito,
el gran valor por lo que transo toda mi
melancólica autosatisfacción...
ya lo sabes?
un beso,
una caricia,
una sonrisa,
la caricia de cuando se te acaba la rabia
porque no estoy
y presencia de dulce pena
tuya y mía
Amor, hasta luego,
recuérdame en el corazón
ámame en el recuerdo
ahora,
mañana,
hasta cuando quieras.
Un beso
Marcelo